Cátedra del 13 de abril de 2010
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Mi paz sea contigo humano bendito en este día, trece de abril del año del dos mil diez, en el que te digo: La paz sea en cada corazón. Así, la luz desciende y disipe toda sombra que cubre la faz de la tierra y toda sombra de confusión, y toda sombra de duda, la luz de mi santo espíritu se derrama en este día dándote la bienvenida a los que te has reunido y te digo por un instante: Sé bienvenido cada uno, apacienta por un instante de tu cuerpo, siéntate a mi lado, el momento esperado por los que anhelas la presencia del que vendrá a recibirte; pues heme aquí en verdad, que delante de ti me encuentro, para decirte: Te acaricio en el nombre de quien me envía, en mi propio nombre que soy el Hijo, la luz del Santo y Purísimo Espíritu.
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Humanidad bendita este es el momento en que tú, esperas un instante de entrega y comunión, como el momento es esperado por mi, de que atiendas mi llamado, que reconozcas al que ha sido enviado a redimirte humanidad bendita, tiempo ha te he venido diciendo: Mantente alertas, mantente unidos, porque llegarán vicisitudes hacia la humanidad y será el momento en el que cada corazón, cada espíritu, en el vasto mundo seáis reconocidos por tu lealtad, por tu comprensión a mi palabra, por tu amor.
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Humanidad bendita ¿acaso no te has dado cuenta el tiempo que estás viviendo, acaso no te has dado cuenta o no has reconocido, las señales que se muestran ante ti, convocándote hacia la reflexión? En este día en el que mi palabra y el amor del Dios Viviente se derrame cual fragancia con suavidad fluya en tus corazones, cual luz toque tus mentes, para despejar, mira en verdad que es momento en el que te esfuerces por darme la mano, porque Yo, mis brazos extendidos están en espera de ti, pero has sido tú, quienes débiles vas por el camino. En el ayer muchos se reunieron para escuchar mi palabra y para decirme que me seguirían fielmente hasta el último momento de su existencia en la faz de la tierra, mas el tiempo transcurrió y esas palabras quedaron en el olvido, hoy vengo a recordarte y te digo: Que por estos cuantos corazones en los que dejo la encomienda de mi palabra y la compartas con el que está ausente, diciéndote en verdad así amado pueblo: Qué es lo que has esperado tú de mi palabra, qué es lo que has buscado a través de ella, por qué aún eres el mismo de aquel tiempo en el que se reunieron para escuchar hablar Aquél que había sido enviado, pero solo se reunían para encontrar error alguno, contradicción alguna en la palabra, para poder ser en contra, y otros muchos escucharon, pero nunca comprendieron y se alejaron, lo mismo ocurre con cada uno, pocos son aquellos que permaneces firmes en medio de aguas turbulentas, ¿en dónde ha quedado tu fe, en qué momento perdiste interés por mi enseñanza?
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Al inicio del camino cuando Yo te conduje hacia los centros de reunión, hacia los sitios donde tus hermanos se reunían para esperar mi presencia luz, mi presencia espiritual, te conduje y me dijiste que amabas mi enseñanza, y me dijiste que me seguirías, que me mostrarías lealtad, que me mostrarías fidelidad, obediencia, honestidad, esfuerzo, Yo te dije: Que el camino era estrecho y que si estarías dispuesto a dejar todo por continuar en él y me dijiste sí, Señor, ¿a dónde quedó esa promesa, en qué momento desviaste tus pasos de los lineamientos que previamente te mostré? Pero que no te has dado cuenta aún, ve en verdad el agitar de la misma humanidad, ve la discordia, ve la indiferencia y la división en la cual te has encontrado; cada uno has tomado un camino diferente y muchos dices amo a mi hermano, lo respeto y lo dejo que siga su propia dirección, de acuerdo a su propio entender, ¿acaso mi palabra no ha sido clara o no la has comprendido? Que el que tenga el conocimiento lo demuestre primeramente con grande humildad, pero que a la vez con grande fortaleza, con palabras firmes, para corregir a los demás de sus hermanos, no hay contradicción en mi palabra pueblo amado, te pido mayor esfuerzo, te pido mayor atención a mi enseñanza, para que puedas así, llevar la sabiduría que es la luz y te he dicho: Tú lo sabes, todo aquel que en sus manos tiene una linterna o una luz, no la habrá de ocultar, donde esta la luz se disipa la tiniebla, se despejan las sombras, por ello hoy te digo: Por qué te encuentras titubeantes y dices aún que cada uno habrá de seguir sus propias normas establecidas, Yo te habré de decir en este día: Te recuerdo hijos bienamados que la palabra venida de Dios, no siempre es complaciente para contigo, por qué, porque todo padre aquí en la tierra cuando reprende a su hijo, lo hace para lograr la mejor formación, para hacer del pequeño un mejor hombre, de la misma manera, la palabra de Dios te reprende, pero te muestra con amor a tomar verdaderamente el camino que debes seguir.
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Ve, la humanidad sedienta está de una palabra en la que encuentre paz, encuentre consuelo, pero que sea venida de Dios, no he pedido únicamente que comprendas a tu hermano y lo dejes, porque en verdad te he de decir: Cada uno de los que eres pastores, maestros, orientadores, llámate como tú lo decidas o desees, pero te exhorto hijos bienamados, que te llenes de conocimiento, pero conocimiento venido de Dios, el conocimiento que habrá de ser permanente, la palabra de Dios dada al inicio de la humanidad es eterna, es para todas las generaciones venideras, la palabra de Dios no se extingue con el tiempo, sino por el contrario en la medida del esfuerzo del ser humano, pues en verdad Yo os habré de decir: Quién de ustedes aquí en tu mundo habrá de levantar una gran construcción y permitir que al paso de los días o del tiempo, vengan otros, o tú mismo y lo destruya, Yo te pregunto ¿lo harías acaso tú? No es acaso que todo el que construye cuida, todo el que edifica conserva, cuida, y hace crecer, por qué entonces; el hombre ha creído que la palabra de Dios, tendrá que ser modificada por ti, humanidad amada, la palabra de Dios es infinita, omniabarcante, solo hace falta corazones sensibles, mentes claras, corazones fervientes y que tengáis verdaderamente la voluntad, la disposición de permanecer con gran esfuerzo, con gran entusiasmo, para poder comprender plenamente y poderla compartir, ve que el tiempo transcurre y piensen los que se han ido, que también en el ayer prometieron fidelidad.
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Ahora piensa tú, el tiempo aún lo tienes, solo hace falta el espíritu de valor, el espíritu de humildad, de servicialidad, por qué eres tan impacientes, pides en un instante ayuda y al momento me das la espalda y dices a tus hermanos o te dices a ti mismo, no me ha escuchado el Señor no me ha respondido, no me ha concedido, Yo te habré de decir: Cuánto tiempo ha transcurrido en el que Yo te he hablado, te he hecho el llamado una y otra vez y pospones la cita que tienes conmigo y dejas transcurrir el tiempo, por ello en verdad Yo te digo ahora: Tiempo es de unificación, en aquellos que has comprendido el propósito de mi presencia espiritual, de mi palabra derramada a través de las mentes humanas, te he dicho para aquellos que conoces mi palabra: Es momento de mantenerte unidos con la gran disposición de aceptar, de reconocer; hay un solo camino, hay una sola verdad, te entrego en este momento el don de ser pacientes, de ser humildes, porque dentro de la humildad podrás aceptar que la palabra de Dios te corrija o te reprenda tal vez, acaso si uno de ustedes llevas una luz y te encuentras en un camino alejado y encuentras a más de tus hermanos, si tu vas por el camino y has encontrado, te mantienes con esfuerzos en el camino, ¿será lícito de tu parte dejar que aquel otro habiendo desviado sus pasos, vaya a la deriva o se vaya al precipicio? Entonces; hijos bienamados por qué no te das la mano de unos hacia otros, para poder entrar en la comprensión debida de mi enseñanza.
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Te he dicho: Eres la luz que habrá de iluminar a la humanidad, eres el que ha de transmitir paz, ha de transmitir comprensión, orientación a esa humanidad, cómo lo vas hacer, si un hombre está extraviado en el camino y le pregunta a unos de los que estás aquí y le muestras una dirección, le señala una dirección, el hombre empieza avanzar llegando al punto puede encontrar a otro de ustedes y vuelve a preguntar y aquel otro le señala una dirección opuesta a la que previamente le mostraron, qué será de ese hombre, te has preguntado hijos amados, has pensado qué será de tus hermanos, qué será de la humanidad, qué será de los que te llamas espiritualistas,
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Hijos amados, mi Padre os ama a todos por igual y por amor manifiesta su palabra delante de ti, señalándote y recordándote, que hay una sola dirección hacia dónde debes avanzar todos por igual, si bien es cierto que los unos habrás avanzado un poco más, y los otros menos, pero llevarás la misma dirección, entonces serás verdaderos guías en el camino de la humanidad, tú, guías, dirigentes, orientadores, tú eres un señalamiento para conducir a la humanidad, por ello es preciso humanidad amada para este tiempo siéntate a dialogar los unos con los otros con grande humildad y acepta si uno tiene la razón será para encaminarte, porque en verdad Yo os habré de decir: ¡Ay de aquel que habiendo comprendido el propósito de Dios, mi Padre se siente a la sombra a contemplar aún a los que han perdido la dirección en el camino y que vayan a la deriva! También el siguiente punto ¡ay de aquel que habiendo recibido autoridad de mi Padre, habiendo sido iluminado por el Espíritu del Dios Viviente, aún haga mal uso, aún de su autoridad, de su responsabilidad para con la humanidad! Porque mayormente será la reprensión para él, porque mayormente se hará acreedor a grandes culpas, por ello Dios, mi Padre, entrega; porque te he venido pidiendo humildad, lealtad, obediencia, no te pido sometimiento, porque tú sabes que la palabra de Dios no viene a someter al hombre.
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Recuerda que la verdad te hace libre, mi palabra viene a liberarte humanidad amada de tus tradiciones, de tu confusión, de tus creencias, viene hacerte libres, haciéndote dueños, herederos de la sabiduría, pero ¡ay de aquel que por alcanzar la sabiduría se sienta más que el otro! Te he enseñado por medio de mi palabra a sentirte menos que los demás, ¡ay de aquel que se quiera sentir más entre los demás! Porque entonces; llegado el momento de comparecer ante mi Padre, éste quedará apartado de la presencia de Dios. Recuerda la grande labor que tienes, la encomienda que he venido a entregar, te he elegido por tu humildad, te he elegido por tu buena intención de ser gratos a mi Padre. Pues bien te exhorto en verdad y tú lo sabes, te recalco en este día: Que quien más sabe, más se le exige, quien menos tiene se le quitará, quien más tiene, más se le dará, por qué, porque necesario, porque justo es, que todo aquel que se habrá de esforzar con el corazón lleno de humildad, todo aquel que reconozca que está sediento de la palabra de Dios, que es conocimiento y todo aquel que va creciendo espiritualmente lícito y justo es, que le dé la mano al que viene detrás de él, pero no lo has hecho hijos bienamados, los unos, cierto es que todos tienes una intención en común escuchar mi palabra, bendito seas por siempre, pero a la vez te recalco: No te conformes, tu trabajo no concluye ahí, en escuchar y compartir, sino tu trabajo es esforzarte no buscando en el mundo material un conocimiento inexistente, busca más allá, no vengo hablarte de un conocimiento humano, vengo hablarte de un conocimiento que habrás de llevar en lo alto de tu razonamiento, un conocimiento, que sea mostrado a través de tu corazón, a través de tus hechos, por ello te he dicho: Predica con tu ejemplo, no calles mi palabra. En el ayer te dije: No esperes que las piedras o los muertos hablen por ti.
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Es tiempo en el que demuestres o compartas o des al mundo el conocimiento adquirido a través de mi palabra, hay un solo Dador de vida, hay un solo camino, una sola verdad, y hacia él tienen que ser dirigido tus pasos, no quieras cortar veredas, no quieras desviar tus pasos separándote de la dirección. La palabra de Dios es estricta, dentro del amor, dentro de la misericordia, dentro de la bondad, que es omniabarcante de Dios para contigo humanidad amada, en esa misma bondad va la reprensión para tomarte de la mano y mostrarte la única dirección. Por qué te es tan difícil hijos amados aceptar que como humanos te has equivocado y que aún es necesario rectificar tus pasos; por ello Yo te he de decir: De qué o para qué se establecen señalamientos, Yo os pregunto ¿para orientar o para desorientar? Entonces; hijos amados enmienda tu proceder, continúa tu búsqueda en la enseñanza, la enseñanza que vengo a dar es vertida en el corazón humilde, en el corazón sincero, sencillo, por ello date cuenta si tú, te recalcaré una vez más, en tu transitar encuentras señalamientos contrario uno al otro, a dónde ha quedado la guía o a dónde ha quedado el beneficio de dichos señalamientos; o acaso has olvidado que tú, cada uno eres ese punto, ese señalamiento, en el camino de la humanidad, entonces; por qué no te has esforzado por buscar una sola dirección y avanzar; Yo no te pido que reúnas grandes multitudes, porque donde se reúnen muchos pocos son los que comprendes.
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Y Yo te diré hijos benditos si así fuera, si te reunieras muchos corazones, serías siempre bienvenidos, porque eres acariciados por mi presencia, por la bondad, por el amor de Dios depositado en mi, para entregártelo humanidad amada. Lo que ocurre donde las grandes multitudes, confianza de cada uno y pierdes el interés por mi palabra, colócate ahora en el caminante que confiando va en los señalamientos y ve lo que es prudente, lo que es lícito, lo que es de beneficio y lo que no sirve, y date cuenta en qué punto del camino de la humanidad estás colocados cada uno, ¡te das cuenta que los unos diriges a la humanidad hacia una dirección y los otros hacia otra! ¿Por qué hijos bienamados? Te he venido anunciando de grandes cambios y que en esos cambios muchos te habrás de confundir y que en esos cambios muchos te habrás de apartar, mas estoy aquí para darte la mano, mas estoy aquí diciéndote a cada uno, búscame en lo más elevado de tu corazón y de tu mente, búscame en los momentos de tu soledad, confía en mi, no confíes en el hombre, Yo, la luz de Cristo, presencia espiritual de el que llamaron Maestro aquellos seguidores míos, Yo soy quien te dice hijos bienamados: Que te mantengas alertas y que es el momento de ponerte a trabajar, de revisar los pasos que has transitado hasta el punto donde te encuentras, buscando referencia a través de mi palabra, busca la luz para que no camines en tinieblas, busca la verdad para que no te alimentes de falsedades, busca verdad y no permanezcas engañados, llegado el momento tendrás que comparecer ante la presencia de mi Padre.
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Por ello te digo una vez más: No es el humano, sino es la luz de Cristo quien te dice: Confía en mi, busca, busca una comunión, busca tener una cita con mi Padre, insiste, esfuérzate, es cierto que Dios, mi Padre, todo lo sabe, todo lo ve, pero justo es de vuestra parte esforzarte para tener una cita con mi Padre, ¿qué te doy a entender con esta palabra? Momentos de reflexión, momentos de meditación; tiempo ha te dije espiritualistas prepárate y unifícate, porque vienen tiempos difíciles, tiempos de confusión, tiempos de materialidad, tiempos de efervescencia en la misma humanidad y te dije: No vaya ser que llegado esos tiempos te encuentres divididos, te encuentres sorprendidos, sin saber cómo orientar a la humanidad, a dónde está aquella multitud de corazones que habrá de ir a orientar, a resguardar, a esa humanidad afligida, sedienta, ávida, esa humanidad inestable, esa humanidad inconforme, esa humanidad que se revela contra la vida, contra Dios, por qué se revela, porque no ha comprendido el verdadero propósito de Dios. Dios ama a la humanidad, Dios quiere hombres triunfadores espiritualmente, luchadores, que verdaderamente estés preparados para trabajar. Cómo habrás de orientar, cómo habrás de apoyar a la humanidad; si en las mismas casas de oración existe la discordia, existe la frialdad, la dureza, el rechazo, ¿acaso no te habrás de ocupar de estos quehaceres, acaso no es preocupante para ti? Porque estas alertados, porque tiempo atrás, Yo te dije: Vela y ora constantemente, porque se establezca la paz en esta bendita tierra en la que habitas, pero has descuidado hijos benditos, aún es momento de que tomes herramientas y prepares el camino y te esfuerces, tienes que ser alimentados previamente espiritualmente a través de mi palabra.
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Todo aquel que inicia siendo estudiante, no habrá de convertirse al instante en el maestro, si el humano no acepta esta norma, cómo piensa entonces; que de un instante a otro podrá ser el maestro, por qué te digo esta palabra, debes orar; por qué hago énfasis en mi palabra con respecto a la oración. Pueblo amado no olvides que la oración es la espada, es el escudo, es el arma, como tú quieras llamarle, que te habrá de proteger, que te habrá de resguardar. Te he venido diciendo hijos amados: ¿No te duele cuando tus hermanos pierden la vida en manos de los demás, no te duele, no te angustia, no te preocupa, no te has percatado, no has reconocido y, yo qué estoy haciendo aquí? No te lo has preguntado y dices; Señor es imposible de controlar a la humanidad o controlar la maldad del ser humano, estás alertado, que es la tiniebla la que esta invadiendo, se esta adueñando de la voluntad de los humanos, por qué no, te esfuerzas en grande manera ocupándote por rescatar la vida de los demás. Te he dicho: Cuida, rescata lo que es tuyo, y qué es tuyo, qué es lo que Dios te dio, te dio vida, te ha dado una familia, te ha dado un hogar, en donde debes de ser la luz que disipe toda oscuridad, has de ser un centro de orientación para esa humanidad desorientada, sedienta, ávida de una palabra de esperanza, de una palabra de consuelo, de una palabra de sanidad, ¿por qué has descuidado los dones, las gracias, que has recibido de mi Padre y has optado por tomar otras alternativas dices tú, para poder llevar sanidad a tus hermanos?
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Hijos amados Yo os pregunto, si uno de ustedes hace un viaje en algún punto de la tierra donde no existe nada y encuentras a muchos enfermos, ¿qué harás? Yo te pregunto ¿a qué recurrirás, no será entonces; que confiarás en Dios, mi Padre, por medio de tu oración? no es acaso que la oración te da sanidad, la oración te circunda de luz, te circunda de paz, estabiliza el sentir humano, el corazón y por ello en verdad te he dicho: Ora siempre a Dios y a través de la oración puedas desarrollar esos dones que previamente pude haber depositado en vuestras manos el día que te acercaste a mi presencia en el que te dije: Que preparaba tus manos para dar sanidad, que preparaba tu corazón, para brindar amor y comprensión a los demás entonces; la sanidad es algo que no se compara con nada humano, con nada material, la sanidad que a ti corresponde entregar es la gracia venida de Dios, esa gracia que hace al hombre libre, un hombre nuevo, el que deja fuera de él todo y permite que la luz del Espíritu Santo fluya y aflore a través de sus manos, a través de su mente, de su voluntad y corazón, elevando la oración en lo más elevado de tu conciencia, en lo más elevado de tu corazón.
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Bendito seas corazones amados por estar aquí, bendigo tus pasos, porque en verdad esfuerzo has hecho y por ello conozco a cada uno el afán, y el esfuerzo, que haces por dar a conocer lo que has comprendido de mi palabra. Por ello te vengo a exhortar esfuérzate aún más y no es momento de detener tus pasos, no es momento de reposo, desde el momento mismo que te elegí del mundo para convertirte en obreros por bien de la humanidad, trabajando por la humanidad; ahora Yo te aclaro: Al trabajar por la humanidad, no consiste en entregar monedas, alimentos, porque date cuenta que ahí es donde no has comprobado por ti mismo tu crecimiento espiritual, tu fe y tu confianza, en mi Padre, porque si así lo hicieras a ti, te corresponde orar, levantar a tu hermano, que se encuentra débil y enfermo, por medio de la oración, orando a Dios, mi Padre, Él pondrá los medios, Él se encargará de dar sanidad, de proporcionar vestidos, de proporcionar alimentos, a esa humanidad, a ti corresponde estar siempre en comunión con mi Padre. Tú eres el medio por el que la gracia de Dios, mi Padre se derrama y se hace sentir en la humanidad. Te hace falta confiar más en Dios, mi Padre, confiar más en el Hijo, confiar plenamente y estar siempre en la buena disposición de realizar la encomienda, la labor, que se te ha hecho hijos benditos. No dejes que transcurra más el tiempo, siéntate a dialogar con tu hermano, primeramente ponte de acuerdo con el otro orientador, con el otro señalamiento del camino entonces; empieza a dirigir el camino de la humanidad, sé honestos contigo mismo, confía plenamente en mi Padre y recuerda que debes buscar conservar siempre la luz, la luz que es el conocimiento, la luz que disipa y despeja todo, pero hazlo ahora y no dejes para el mañana, no dejes, no permitas, porque muchas veces dices; Señor no permitas que mis hermanos pierdan la vida, no permitas que la violencia, que la desarmonía. Yo te habré de aclarar a ti corresponde esa labor, si has orado, si has tratado de rescatar tus propio espacios cada uno, manteniéndolos en armonía, por medio de tu oración plena elevada hacia mi Padre, mi Padre se encargará de enviar la paz, de enviar alimentos o lo que se requiera, para las necesidades de la humanidad.
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Pero a ti solamente corresponde orar, pero orar con el corazón, muchas veces te has preguntado, llegas a la conclusión que difícilmente por medio de la oración tu hermano tendrá lo que necesita, por qué lo piensas así, ¿no es acaso que tu fe es pequeña, tu fe es frágil? Ve en verdad, aquellos hombres que me siguieron y que vieron los prodigios que mi Padre me permitió realizar y te he dicho: Si estás conmigo, Yo estaré contigo, todo lo que hagas en el nombre de mi Eterno Padre y en mi propio nombre como el Hijo único de Dios, concedido será, pero hazlo de una manera consciente, es decir; sé conscientes de la responsabilidad, sé conscientes de la humildad, sé conscientes de la distancia que te separa entre mi Padre y tú, y ésto te obligará a entrar en mayor reflexión, en mayor meditación; cúrate primeramente y entonces; cura a los demás; del alma, de tus pensamientos, de tus sentimientos, de tantas cosas que aún pequeños benditos te impiden entrar en la debida comprensión de mi palabra. Hijos amados te he hablado y te seguiré hablando en el nombre y por el Dios de ayer, por el Dios de hoy y por el Dios de mañana, qué te doy a entender con esto, que su palabra desde el principio es eterna y continúa, se va adaptando a tus necesidades, a tus inquietudes, mas no habrá de ser tergiversada, porque esa no es mi voluntad, trabaja te llamo obreros en mi obra, mi obra de redención y eso es lo que te corresponde hacer a cada uno, busca rescatar a la humanidad, no te pido y también a la vez te aclaro, no me pidas siempre sanidad para los enfermos, tampoco pidas a mi Padre insistiendo sanidad para tus enfermos; mejor deja que la voluntad de Dios, mi Padre se haga en cada uno.
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En tu oración hijos benditos, ora con gran fervor, pero no pidas al Padre o al Hijo, que modifique sus designios o su voluntad; sino más bien la oración te ayuda a fortalecerte para permitir que Dios obre a través y sobre ti. Hijos amados os hace falta comprensión mayor de mi palabra, no ores por orar, ora siempre conscientes sabiendo por qué y cómo vas a orar a Dios, mi Padre, no puedes pedir a Dios que la luz del sol se detenga porque estarías atentando en contra de la voluntad de Dios, lo mismo cuando pides Señor no permitas esto, Señor no permitas lo otro. Humanidad bendita todo lo que llega a la vida de cada uno está en la propia medida y en la propia decisión, y voluntad de cada uno, por ello es digno de tu parte esforzarte para obtener mayores beneficios, no reniegues, no rechaces lo que viene de Dios; acepta de una manera consciente cuando el ser humano al ser sorprendido por las vicisitudes, enfermedades, agradezca a Dios, si es por designio de Dios, acéptalo con humildad, con amor; si no es así, por medio de tu oración se apartará la sombra que ha llegado a empañar tu vida. Por ello la decisión es tuya, la forma de vida que tú deseas continuar llevando, tuya es la decisión, en ti está decidir y por qué, cuando decidas confiar plenamente en Dios, mi Padre todo se encaminará para bien tuyo, cuando tú alteres los designios de mi Padre, todo se volverá en tu contra y Dios nada tendrá que ver con el acontecer en tu diario vivir. Corazones bienamados quisiera entregarte consejos y más, mas en verdad conozco tu crecimiento espiritual y aún el cansancio llega a tu cuerpo.
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Te exhorto en este día una vez más verdaderamente da por hecho mi palabra pueblo amado a mantenerte alertas a trabajar, unirte no pienses; qué dirá mi hermano que yo desconozco esto, qué dirá mi hermano que yo así, he comprendido la palabra de Dios, qué dirá mi hermano que yo no conozco esto, sé honestos, es mejor que ahora reconozcas los errores cometidos, que en el futuro cuando sea irremediable, sé honestos contigo mismo y te he dicho: Que ¡ay de aquel que haga mal uso de la autoridad para dirigir, para conducir, porque mayor se le reprenderá, en mayor grado será la responsabilidad! Por ello no te preocupes por que el que te está orientando, el que te está aconsejando; mas bien cuida tú, si el consejo viene de Dios o viene de humanos, mantente en la luz para no vivir entre sombras, busca la verdad para no continuar en confusión, busca en verdad la realidad, la realidad es Dios, un solo camino, una sola verdad. Cuántos conoces la palabra que te dije en el ayer; soy la verdad, soy el camino, la vida misma. Te dí a entender grandes mandamientos con estas palabras, las que no has llegado a comprender, por ello ahora te digo que te esfuerces corazones bienamados.
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Así, en este momento en el que te has reunido, bendito eres, bendigo tus hogares, bendigo tus familias, te bendigo, te acaricio y te digo hijos benditos: Tomados de mi mano llevando mi luz y mi ángel cuidará de ti a tu retorno, y llegaréis a vuestros hogares a reunirte con tus familias, en paz y en armonía, porque ésta es mi voluntad.
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Así, en cada uno derramo mi caricia, en cada uno muestro la bondad de mi Padre y en cada uno dejo en vuestras manos, lo que habrá de ser menester en tu vivir, lleva pues mi paz, lleva mi luz, y te digo que será en verdad solo por breves momentos en los que te digo que me separo de ti, porque habré de permanecer a tu lado por el tiempo que tú, así lo permitas. Hijos del Dios Viviente, hijos del Altísimo Creador, no desmayes en tu camino, ora, ora constantemente, ora por el enfermo, por el preso, por el desahuciado, por todas las necesidades, que recuerda que tú oras y Dios se encarga de poner los medios para llevar y cubrir las necesidades de la humanidad.
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Así, a cada uno dejo mi paz en tu corazón, dejo mi luz en tu mente, renuevo tu ánimo, renuevo tu fe, tu confianza, he venido a retirar vestiduras de tristeza, de angustia, de presiones, de preocupaciones, penalidades, que vas padeciendo al contemplar a tu alrededor el sufrir de los demás, Yo las cambio por vestiduras de gala, por vestiduras de alegría, pongo vestidura nueva, renuevo tu calza, y renuevo todo tu ser, en este bendito día de gracia, lleva pues mi paz y mi luz, te acompañen; hasta nuevo día pueblo amado.
CJ13042010GVS
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